lunes, 20 de abril de 2009

Al "Presi" con cariño...

Murió el ex mandatario Dr. Raúl Alfonsín y rápidamente, el país se hizo alfonsinista.

Partidos opositores y grandes críticos (destructivos) de su gobierno se mostraron, post mortem, amistosos y realizaron comentarios de afecto hacia su persona. Los medios de comunicación masiva, que muchas veces hicieron leña del árbol caído, ahora no hacen más que hablar de su honorabilidad, su poder de liderazgo y oratoria. Basta con decir que no dejan de llamarlo “el padre de la democracia”, llenando de especiales sobre su vida la programación de la TV abierta. Sorprendentemente, hacen hincapié en el contexto histórico-político en el cual tuvo que tomar la decisión de implementar la ley de obediencia debida y punto final, a modo de justificarlo, de sacralizarlo.

Pareciera que uno tiene que estar en “las últimas” para ser reconocido de la forma que se le merece. O a la inversa, que la persona que habita o está en camino a habitar la bien ponderada (por mí) “tierra del nunca jamás”, pasa a ser, sin previo aviso y por consenso social tácito, un poco menos que un santo. Pareciera que con la moral de recordar a las personas en sus virtudes uno tiende a borrar sus errores. Y no lo digo por el caso particular de Raúl Alfonsín, sólo que su ejemplo me sirvió para observar cómo manejan en la política la muerte de un ex Presidente. Y sin querer pecar de naif, así y todo no dejo de asombrarme al ver como todos se “dieron vuelta” (una vez más) sin vergüenza.

La ambición de poder, esa carrera desquiciada hacía no sé dónde, lleva a enlodar la cancha a quién sea necesario sin importar nada. Y los mismos que le provocaron innumerables paros generales y “armaron” los saqueos, son -irónicamente- quienes hoy lo recuerdan como el personaje bisagra, el que nos llevó por el sendero de la democracia.

De alguna manera, marcando a modo grosso un paralelismo, me recuerda a las peleas de boxeo, donde luego de "cagarse a trompadas" durante x cantidad de rounds, los dos contrincantes se aúnan en un abrazo enternecedor, demostrando respeto y profesionalismo. O el gran discurso de Ricardo Balbín al despedir los restos de Juan D.Perón, exclamando: "este viejo adversario despide a un amigo". Vertiginosamente, en los campos de lucha, se puede pasar del amor al odio. Así quizás, pueda entender cómo los medios y la oposición en general logran hacer las pases con una persona que ya no significa una amenaza política.

(Segunda parte: "Al presi con cariño")

Por otro lado, pensar en la muerte del Dr. Alfonsín me llevó, inexorablemente, a pensar en cómo sería tratada política y mediáticamente, la muerte de otro de nuestros últimos presidentes. Me refiero sin más, al gánster que ganó tres veces las elecciones (en la última se bajó en el ballotage). Sí, ese mismo, llamado por muchos: “el innombrable”. Ése, que de tratarse de una saga jedi, en el mundo de "Star Wars", no tardaría en arriesgar que es, ni más ni menos, que el maestro del “lado oscuro”. En fin, sin más preámbulos: el Dr. Carlos Saúl Menem.










Me quedé meditando cuál sería mi reacción ante tal noticia y la respuesta no tardó en ocupar mi mente con carteles de neón: "cuando muera Menem yo voy a brindar con champagne del bueno, sí señores, nada de sutilezas". Sólo espero que no aparezca ningún especial televisivo mencionándolo como el “padre de la estabilidad”, recordando las buenas épocas (buenas para quién) del mentado 1 a 1, y todas esas propagandas que promocionaban el "Menem lo hizo".* Decir que Bernardo Neustadt habita hace un tiempito la "tierra del nunca jamás" porque sino se hubiese encargado él mismo de producir tales documentales con una devoción divina.

Pero yo lo tengo bien claro, cuando muera Menem: fiesta!!

No se me ocurre nada que podría extrañar del riojano, a no ser su carisma, sentido del humor, y por supuesto, su glamour: nuestro ex presi es todo un dandy. Nada relacionado a sus políticas públicas, nada bueno acerca de su mandato. Sólo admirar su grandeza para salir de las situaciones embarazosas en las que su propia “burrada” lo metía: por ejemplo, el haber sido el UNICO ser sobre la tierra en leer las obras completas de Sócrates (¿?), como también la inolvidable fantasía acerca de colocar un cohete intergaláctico en el norte argentino, mientras los lugareños lo miraban sin entender de qué carajo les estaba hablando. En su discurso, uno de los nativos le preguntó: “porqué no mejor construir un puente pa’ cruzar el río”. Too much Carlitos, too much.

Nos dejaste muchas anécdotas. Fueron más las tristezas.

Te queda poco. No se me ocurre cómo reaccionará el mundillo político con tu partida.

Yo... ya estoy comprando el champagne! Salud!





*Ahora se escucha mucho la palabra “inseguridad”, bueno... ¡Menem lo hizo!


3 comentarios:

  1. Jaja Sole, muy bueno! lo que si, no compres el champagne que yerba mala nunca muere...nos va a enterrar a todos el jovie.
    Gustó el paralelismo con los boxeadores y su abrazo enternecedor.

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  2. Yo brindo con vos!!!!!
    Lau.

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  3. Magui!!!
    Sí, a mi tmb me gustó ese paralelismo :)
    Creo igual que vos, se va a tardar lo más que pueda antes de estirar la pata, y bueh...tampoco es cuestión de andar deseándole la muerte a nadie, no? ;)
    Besote!!

    Lau, jajajja, brindis brindis!!
    Saludos!

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