Esta gripe no se va, así que decidí ir al médico clínico. Saqué turno con el único médico que apareció viviendo en mi barrio en la cartilla on line de la prepaga. No pedí referencias ni recomendaciones, sólo esperaba no encontrarme con un tarado. Llegué y en la sala de espera había dos viejas entregadas a la gran chachara, los muebles eran antiguos, las paredes no se pintaban hacía un siglo y como era planta baja no llegaba luz natural por lo que había un velador prendido a pesar de ser las 4 de la tarde. Todo me "daba a viejo" y me quise matar del sólo pensar que el Doc. sería un hombre anticuado con una medicina poco aggiornada y que su incipiente sordera no le dejaría oír mis latidos por el estetoscopio.
En fin, ya estaba jugada.
Me atendieron rápidamente, el Doc contaba unos setenta y pico pero se lo veía erguido y jovial. Era alto, canoso, de ojos azules vivaces e intensos. Lo primero en llamarme la atención fue la manera cálida de recibirme: beso en la mejilla y sonrisa (eso en un médico es bastante teniendo en cuenta que suelen imponer una distancia escalofriante). Me sentí a gusto, el Doc no llevaba delantal sino su ropa de calle, tenía un look más identificado con el de un profesor intelectualoide de la Universidad que un médico clínico en actividad privada: sweater escote en V de lana marrón y pantalón de corderoy.
Yo:
Sí, venía porque tuve una gripe fuerte hace dos semanas y sigo congestionada. Puede ser alergia, no?,¿o tendré las defensas bajas?- siempre empiezo tirando una batería de preguntas-.
Médico Clínico:
Qué edad tenés?
Yo:
Treinta.
Médico Clínico:
¿Casada? ¿Con hijos?
Yo:
Soltera. Sin hijos.
Médico clínico:
¿Puede ser que andes mal emocionalmente por algún motivo reciente?
Yo:
Bueno... (no sé porqué sacó esa conclusión luego de haberle dicho que a mis 30 no estaba casada ni con hijos, pero bueh...). Fue un año raro, sucedieron algunas cosas, puede ser que haya estado baja de ánimo.
Médico Clínico:
¿Algún problema amoroso últimamente?
Yo:
mmm...nop. Bueno, me dejé de ver con alguien hace un tiempo, pero ya va a ser un año que no nos vemos, así que no creo que incida en nada.
M.C.:
¿Problemas en tu casa?
Yo:
-Ahora sí, ya me parecían demasiadas preguntas personales para ser un médico clínico-. Bueno...si, lo habitual. La convivencia es difícil, los problemas de siempre... (A decir verdad, TODO me molesta en mi casa).
M.C.:
¿Haces algún tipo de terapia?
Yo:
Sí. Psicoanálisis lacaniano. Hace unos cuatro años.
M.C.:
Y ves cambios?
Yo:
En algunas cosas si y en otras no tanto.
M.C.:
¿Pensaste en cambiar de terapeuta?
Yo:
Sí, y de terapia también!! Quiero hacer terapia sistémica, terapias más cortas, me parece que el psicoanálisis no es para mi. (Vi que el Doc estaba en sintonía con mis inquietudes así que le agregué datos a mis respuestas para colaborar con su interrogatorio y mostrarle mi voluntad de cambio) Ah! también hice yoga para salirme de lo tradicional y ver si por el lado del cuerpo y la meditación encontraba nuevas formas para sentirme mejor.
M.C.:
¿Y como venís de autoestima?
Yo:
Ah, noooo -no aguanté más, el hombre iba directo al grano y yo no veía la hora de que me hiciese toser un poco, me examinara los ojos, me preguntara si hay alérgicos en mi familia y me recetase dos resfrianex por día-. Disculpe, pero Ud. es psicólogo??? por no decir...VIDENTE?!!!
M.C.:
Y... más o menos. Practico la logoterapia, una psicoterapia creada por Viktor Frankl. Trabajamos con las personas teniendo en cuenta su completitud, como individuos físico-psico-sociales.
Y dejando fluir su costado narcisista me explicó: ves ese cuadro? bueno ese es un premio que gané por la Fundación Viktor Frankeiln en Viena. Él fue un psiquiatra que estuvo preso en campos de concentración nazi y dentro de esa experiencia observaba cómo el ser humano buscaba encontrarle sentido a la vida.
Yo:
Y... jodido, no? Digo, encontrarle sentido a la vida en medio de un campo de concentración nazi... (Ahí, el Doc ya había capturado mi atención totalmente. Llegué a casa y lo primero que hice fue googlear a Frankl y leer todo lo que se me aparecía en pantalla acerca de la logoterapia).
Pero M.C. no perdía el hilo del todo y arremetía de nuevo incrustando su mirada en la mía sin parpadear:
Entonces...cómo estás de autoestima?
Yo:
(Risitas nerviosas). Yyyy...je, jeje, je... (Dale Sole, decí algo, estás quedando como una boluda- pensé-). Bueno, y...de autoestima vengo para atrás. -"Este HDP, es vidente!!! Y dale meter el dedo en la llaga y dale... cuándo será el momento en que agarra el puto estetoscopio y me haga abrir la boca y hacer "aaaaaa""-. Al desnudo, descubierta y casi llorando le dije: pero ahora estoy mejor, eh? Es cuestión de encontrarle lo positivo a todo.
MC:
No, a todo no. Por que todo no es positivo. Hay que saber diferenciar lo bueno de lo malo, lo malo no tiene nada de positivo, hay que evitarlo.
Yo:
Bueno, si...yo me refería a superar la adversidad y quedarse con lo bueno de esa experiencia de auto-superación.
MC:
Bueno, eso podría ser. Pero eso sería más bien la doctrina del sufrimiento: tratar de encontrar lo bueno en lo malo y aprender a sentirse bien con eso.
Yo:
Mierda!!! Nunca lo había pensado así.
Al fin llegó ese bendito y esperado momento en el cual el Doc agarra el puto estetoscopio y hace lo suyo dejando de escarbar en mi psiquis. La logoterapia me tomó por sorpresa. El Doc resultó ser un capo que me mandó a hacer varios análisis de rutina. Yo ansío volver en breve, pero esta vez, preparada para una charla profunda e introspectiva y con una lista de preguntas acerca de la logoterapia y sus experiencias con Viktor Frankl.
*V. Frankl era un neurólogo y psiquiatra austriaco que en su juventud se carteaba con Freud quien le publicó varios de sus artículos. Luego de su experiencia en los campos de concentración nazi y de haber creado la Logoterapia basada en la "voluntad de sentido" siguió su vida destacándose profesionalmente, al mismo tiempo demostró ser un gran escalador y piloto de avión, consiguiendo su registro a los 67 años de edad.
Me atendieron rápidamente, el Doc contaba unos setenta y pico pero se lo veía erguido y jovial. Era alto, canoso, de ojos azules vivaces e intensos. Lo primero en llamarme la atención fue la manera cálida de recibirme: beso en la mejilla y sonrisa (eso en un médico es bastante teniendo en cuenta que suelen imponer una distancia escalofriante). Me sentí a gusto, el Doc no llevaba delantal sino su ropa de calle, tenía un look más identificado con el de un profesor intelectualoide de la Universidad que un médico clínico en actividad privada: sweater escote en V de lana marrón y pantalón de corderoy.
Yo:
Sí, venía porque tuve una gripe fuerte hace dos semanas y sigo congestionada. Puede ser alergia, no?,¿o tendré las defensas bajas?- siempre empiezo tirando una batería de preguntas-.
Médico Clínico:
Qué edad tenés?
Yo:
Treinta.
Médico Clínico:
¿Casada? ¿Con hijos?
Yo:
Soltera. Sin hijos.
Médico clínico:
¿Puede ser que andes mal emocionalmente por algún motivo reciente?
Yo:
Bueno... (no sé porqué sacó esa conclusión luego de haberle dicho que a mis 30 no estaba casada ni con hijos, pero bueh...). Fue un año raro, sucedieron algunas cosas, puede ser que haya estado baja de ánimo.
Médico Clínico:
¿Algún problema amoroso últimamente?
Yo:
mmm...nop. Bueno, me dejé de ver con alguien hace un tiempo, pero ya va a ser un año que no nos vemos, así que no creo que incida en nada.
M.C.:
¿Problemas en tu casa?
Yo:
-Ahora sí, ya me parecían demasiadas preguntas personales para ser un médico clínico-. Bueno...si, lo habitual. La convivencia es difícil, los problemas de siempre... (A decir verdad, TODO me molesta en mi casa).
M.C.:
¿Haces algún tipo de terapia?
Yo:
Sí. Psicoanálisis lacaniano. Hace unos cuatro años.
M.C.:
Y ves cambios?
Yo:
En algunas cosas si y en otras no tanto.
M.C.:
¿Pensaste en cambiar de terapeuta?
Yo:
Sí, y de terapia también!! Quiero hacer terapia sistémica, terapias más cortas, me parece que el psicoanálisis no es para mi. (Vi que el Doc estaba en sintonía con mis inquietudes así que le agregué datos a mis respuestas para colaborar con su interrogatorio y mostrarle mi voluntad de cambio) Ah! también hice yoga para salirme de lo tradicional y ver si por el lado del cuerpo y la meditación encontraba nuevas formas para sentirme mejor.
M.C.:
¿Y como venís de autoestima?
Yo:
Ah, noooo -no aguanté más, el hombre iba directo al grano y yo no veía la hora de que me hiciese toser un poco, me examinara los ojos, me preguntara si hay alérgicos en mi familia y me recetase dos resfrianex por día-. Disculpe, pero Ud. es psicólogo??? por no decir...VIDENTE?!!!
M.C.:
Y... más o menos. Practico la logoterapia, una psicoterapia creada por Viktor Frankl. Trabajamos con las personas teniendo en cuenta su completitud, como individuos físico-psico-sociales.
Y dejando fluir su costado narcisista me explicó: ves ese cuadro? bueno ese es un premio que gané por la Fundación Viktor Frankeiln en Viena. Él fue un psiquiatra que estuvo preso en campos de concentración nazi y dentro de esa experiencia observaba cómo el ser humano buscaba encontrarle sentido a la vida.
Yo:
Y... jodido, no? Digo, encontrarle sentido a la vida en medio de un campo de concentración nazi... (Ahí, el Doc ya había capturado mi atención totalmente. Llegué a casa y lo primero que hice fue googlear a Frankl y leer todo lo que se me aparecía en pantalla acerca de la logoterapia).
Pero M.C. no perdía el hilo del todo y arremetía de nuevo incrustando su mirada en la mía sin parpadear:
Entonces...cómo estás de autoestima?
Yo:
(Risitas nerviosas). Yyyy...je, jeje, je... (Dale Sole, decí algo, estás quedando como una boluda- pensé-). Bueno, y...de autoestima vengo para atrás. -"Este HDP, es vidente!!! Y dale meter el dedo en la llaga y dale... cuándo será el momento en que agarra el puto estetoscopio y me haga abrir la boca y hacer "aaaaaa""-. Al desnudo, descubierta y casi llorando le dije: pero ahora estoy mejor, eh? Es cuestión de encontrarle lo positivo a todo.
MC:
No, a todo no. Por que todo no es positivo. Hay que saber diferenciar lo bueno de lo malo, lo malo no tiene nada de positivo, hay que evitarlo.
Yo:
Bueno, si...yo me refería a superar la adversidad y quedarse con lo bueno de esa experiencia de auto-superación.
MC:
Bueno, eso podría ser. Pero eso sería más bien la doctrina del sufrimiento: tratar de encontrar lo bueno en lo malo y aprender a sentirse bien con eso.
Yo:
Mierda!!! Nunca lo había pensado así.
Al fin llegó ese bendito y esperado momento en el cual el Doc agarra el puto estetoscopio y hace lo suyo dejando de escarbar en mi psiquis. La logoterapia me tomó por sorpresa. El Doc resultó ser un capo que me mandó a hacer varios análisis de rutina. Yo ansío volver en breve, pero esta vez, preparada para una charla profunda e introspectiva y con una lista de preguntas acerca de la logoterapia y sus experiencias con Viktor Frankl.
*V. Frankl era un neurólogo y psiquiatra austriaco que en su juventud se carteaba con Freud quien le publicó varios de sus artículos. Luego de su experiencia en los campos de concentración nazi y de haber creado la Logoterapia basada en la "voluntad de sentido" siguió su vida destacándose profesionalmente, al mismo tiempo demostró ser un gran escalador y piloto de avión, consiguiendo su registro a los 67 años de edad.
Esto me pareció acorde con lo que escribiste en este escrito y me parece muy bonito:
ResponderEliminar"... la tristeza es como la alegría: si te detienes a examinar sus causas, acabas con ella ¿y quién quiere acabar con la tristeza? ¿o deberíamos decir: quién puede acabar con ella?..."
Augusto Monterroso y Barbara Jacobs
Ana ;)
Hola Ana!! Bienvenida!!
ResponderEliminarEntonces no acabemos ni con la alegría ni con la tristeza, pero por favor acabemos con la gripe que no puedo más!!
Besote!
quiero el teléfono de ese médico!
ResponderEliminarHola A&E!!!
ResponderEliminarCapo, capito, capote el médico ;)
Beso!
uh! aprete mal el boton para publicar el comentario!
ResponderEliminarQue torpeee!
Bue, te lo mande al mail, je
besos!
Hola Lilus!!
ResponderEliminarQué bueno encontrarte por estos lares :)
jaja, Ufa! no, no me llegó nada al e-mail!!
La Pucha!! ¡Devuelvanme el "comment"!! :(
Beso y gracias por pasar!
Ahora aprete bien, je.
ResponderEliminarTe contaba que me hiciste acordar que una vez, cuando yo trabajaba en la asociación bancaria (lugar espantosico si los hay) me pasaba que siempre me sentía mal: me bajaba la presión, me mareaba, me agarraba tos, etc, etc. Voy al consultorio y narro mis síntomas y la simple respuesta del médico fue: estas angustiada. Bastaron esas dos palabras para que me largue a llorar y me de cuenta que efectivamente mi malestar físico era ni màs ni menos que el reflejo de mi angustia...
Lo desgraciado es que no pare de llorar por el lapso de tres años, hasta que aprendí a reirme de mi (conmigo)!
Adelante con la Logoterapia! Nada mejor ir por los caminos que nos conduzcan a nuestra felicidad (aunque estos sean largos)
Besos mil!
Lilus:
ResponderEliminarjajaja, qué fea la angustia!!! De ahí, directo a cambiar de laburo o en su defecto, al terapeuta sin escalas!! Todo sea por nuestra salud mental!!
Beso grande, Lilus!!
Que buena charla Soleee! Y mejor la espontaneidad! Y mucho mejor que te haya pasado a vos que sos la interlocutora ideal para una charla asi! Si me pasaba a mi seguro me ponía de mal humor con tanta pregunta y no le hablaba más! Jaja!
ResponderEliminarBesoo!
(viste como me estoy poniendo al día con la lectura de lo post eh!)
Hey, Santi!! Qué bueno que te pasaste por acá!!!
ResponderEliminarJajaja, si, fue una charla sorpresiva y reveladora!! Esas cosas que me suceden a mi para variar!! :P
Besote!
PD: Ah! y muy bien eso de ponerte al día con la lectura!! ;) Besos y gracias por comentar!!
nada q ver lo q pense q iba a encontrar cuando cliquée este título!!
ResponderEliminarpero q buen descubrimiento!
como siguió esto??
Licha, y qué pensaste que te ibas a encontrar?? Me agarró intriga, je!
ResponderEliminarBesos!