viernes, 20 de noviembre de 2009

Tic - Tac...

Estaba esperando que nos encontremos vos y yo
porque sé que hay una fuerza cósmica que nos va a arrastrar a vernos las caras otra vez
pero no puedo descubrir en qué momento ni lugar, sólo sé que va a pasar
Así que vivo y mientras vivo espero
Hay una parte de mi que se mantiene latente, agazapada e impaciente
hay una cuenta regresiva en algún lugar, yo lo sé.
dando vueltas...

Y cuando ese último sonar nos capture
nos encontrará maravillados y extasiados
y sólo podremos quedarnos ahí, mirándonos sin aliento, absortos,
tímidos, torpes y erráticos,
y extrañamente sorprendidos como si se tratase de un encuentro no pronosticado. Pero sí.
Y nos aferraremos a ese fugaz instante
temiendo que por tan deseado no se evapore tan rápido.
Y sabremos que ese, por fin, era nuestro momento tan anhelado.

Somos los mismos pero ya no. Sólo es nostalgia y desencanto.
Será que los ecos del pasado siempre llegan distorsionados.
Así que te volverás a ir y te dejaré ir
porque, yo sé, otros relojes están empezando a latir...

jueves, 19 de noviembre de 2009

Espejismos si los hay!!!


Tenía 18 años cuando me encontraba tirada sobre mi pareo colorado en Playas del Este, Cuba. Desde la orilla del mar turquesa vi acercarse a trote lento por las claras arenas del Caribe a un mulato que me miraba intensamente desde piedras verdes exhibiendo una generosa sonrisa blanca. Inmediatamente, pensé en estar siendo víctima de algún espejismo... pero no. El hombre musculoso seguía dirigiéndose hacia mi. Lo miraba. Me miraba. Lo miraba. Por fin llegó a mis pies, me tapó el sol con su sonrisa, y luego de una introducción acerca de mi país de origen me preguntó, sin más, si alguna vez había probado el agua de coco. Le respondí que no. Él, entre sorprendido y alarmado, me dijo que no podía ser, que ya mismo me traía una para que no abandonara la isla sin degustar semejante delicia. Entonces lo vi, una vez más, correr por la paradisiaca playa hasta la palmera más cercana y entrar a dar brincos que lo ayudaban a trepar por el tronco con una habilidad digna de una pantera. Estaba presenciando un espectáculo increíble mientras trataba, fuera de mi, de capturar esa secuencia y convencerme que era real: -"my God! tendrían que hacer torneos de hombres guapos trayendo cocos"- pensé. Y sin ofrecer respiro que me ayudase a corroborar lo que mis pupilas estaban deglutiendo, el amable hombre cortó el coco (no sé con qué, con una piedra creo), y de manera súper gentil lo trajo para que pudiese yo, por fin, probar el agua de este fruto tropical en ese oasis caribeño.
Lo miré maravillada, me refresqué, le agradecí, y lo vi irse feliz caminando por la costa. Su imagen se esfumó entre olas de vaporoso calor. La secuencia fue tan veloz que sólo me restaba el coco en mi mano para corroborar que lo sucedido no había sido algo fantaseado por mi mente mientras cerraba los ojos dormida al sol.



sábado, 14 de noviembre de 2009

Mi cuarto intermedio: los prospectos médicos


Algunos para distenderse leen revistas, diarios que se reparten gratuitamente en los subtes, catálogos de negocios o folletos con las últimas ofertas del supermercado, cualquier cosa que distraiga y relaje a la mente cuando uno ya no tiene muchas ganas de pensar. Yo, en cambio, leo prospectos médicos. Sí! Amo leer los prospectos medicinales cada vez que se me receta algo!! Sí bien es un habito medio freak (lo acepto) siempre me gustó y, aunque muchas veces no entienda nada de lo que se dice, me empeño en leer cada párrafo meticulosamente.
Sigo obsesivamente una ruta dada por el mismo diseño del folleto, empezando por las Indicaciones. Ahí mismo me fijo si me recetaron bien y si lo que voy a consumir está en relación con mi malestar (ese momento, no sé porqué, ya me pone contenta). Después, voy a Acción Farmacológica, donde se me explica bien qué es cada droga y sobre qué actúa, entonces ya comienzo a poner en relación a estas drogas con otras que me recetaron anteriormente creando un jueguito tonto que me distrae y pone en relax: "aaahh, la betametasona, siii, claro, ¡si ya me la habían dado para la alergia!". Luego, paso por Posología y Forma de Administración y soy feliz. Pero, sin dudas, el momento que me produce más adrenalina es al adentrarme en la zona oscura y engañosa de Reacciones Adversas. Estas son leídas con la desconfianza y devoción con la que se leen los horóscopos cual profecias indomables. Ya me ha pasado de leer reacciones adversas muy apocalípticas como prevenirme acerca de una posible "ROTURA DE TENDÓN DE TALÓN"!!!! "Ah, nooooooo, yo no leo más esta mierda, toda la puta semana pendiente de cómo piso y mi fragil talón, ésto sugestiona!!". A partir de ese episodio ya no muero por leer más este segmento ya que creo completamente en el poder de la mente y la auto-sugestión. Al finalizar todo el recorrido del prospecto, "me tomo 5 minutos , me tomo un té "-como decía Té la Virginia"- y termino mi pausa para activar nuevamente el cerebro y continuar el día.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Logoterapia

Esta gripe no se va, así que decidí ir al médico clínico. Saqué turno con el único médico que apareció viviendo en mi barrio en la cartilla on line de la prepaga. No pedí referencias ni recomendaciones, sólo esperaba no encontrarme con un tarado. Llegué y en la sala de espera había dos viejas entregadas a la gran chachara, los muebles eran antiguos, las paredes no se pintaban hacía un siglo y como era planta baja no llegaba luz natural por lo que había un velador prendido a pesar de ser las 4 de la tarde. Todo me "daba a viejo" y me quise matar del sólo pensar que el Doc. sería un hombre anticuado con una medicina poco aggiornada y que su incipiente sordera no le dejaría oír mis latidos por el estetoscopio.

En fin, ya estaba jugada.

Me atendieron rápidamente, el Doc contaba unos setenta y pico pero se lo veía erguido y jovial. Era alto, canoso, de ojos azules vivaces e intensos. Lo primero en llamarme la atención fue la manera cálida de recibirme: beso en la mejilla y sonrisa (eso en un médico es bastante teniendo en cuenta que suelen imponer una distancia escalofriante). Me sentí a gusto, el Doc no llevaba delantal sino su ropa de calle, tenía un look más identificado con el de un profesor intelectualoide de la Universidad que un médico clínico en actividad privada: sweater escote en V de lana marrón y pantalón de corderoy.

Yo:
Sí, venía porque tuve una gripe fuerte hace dos semanas y sigo congestionada. Puede ser alergia, no?,¿o tendré las defensas bajas?- siempre empiezo tirando una batería de preguntas-.

Médico Clínico:
Qué edad tenés?

Yo:
Treinta.

Médico Clínico:
¿Casada? ¿Con hijos?

Yo:
Soltera. Sin hijos.

Médico clínico:
¿Puede ser que andes mal emocionalmente por algún motivo reciente?

Yo:
Bueno... (no sé porqué sacó esa conclusión luego de haberle dicho que a mis 30 no estaba casada ni con hijos, pero bueh...). Fue un año raro, sucedieron algunas cosas, puede ser que haya estado baja de ánimo.

Médico Clínico:
¿Algún problema amoroso últimamente?

Yo:
mmm...nop. Bueno, me dejé de ver con alguien hace un tiempo, pero ya va a ser un año que no nos vemos, así que no creo que incida en nada.

M.C.:
¿Problemas en tu casa?

Yo:
-Ahora sí, ya me parecían demasiadas preguntas personales para ser un médico clínico-. Bueno...si, lo habitual. La convivencia es difícil, los problemas de siempre... (A decir verdad, TODO me molesta en mi casa).

M.C.:
¿Haces algún tipo de terapia?


Yo:

Sí. Psicoanálisis lacaniano. Hace unos cuatro años.

M.C.:
Y ves cambios?

Yo:
En algunas cosas si y en otras no tanto.

M.C.:
¿Pensaste en cambiar de terapeuta?

Yo:
Sí, y de terapia también!! Quiero hacer terapia sistémica, terapias más cortas, me parece que el psicoanálisis no es para mi. (Vi que el Doc estaba en sintonía con mis inquietudes así que le agregué datos a mis respuestas para colaborar con su interrogatorio y mostrarle mi voluntad de cambio) Ah! también hice yoga para salirme de lo tradicional y ver si por el lado del cuerpo y la meditación encontraba nuevas formas para sentirme mejor.

M.C.:
¿Y como venís de autoestima?

Yo:
Ah, noooo -no aguanté más, el hombre iba directo al grano y yo no veía la hora de que me hiciese toser un poco, me examinara los ojos, me preguntara si hay alérgicos en mi familia y me recetase dos resfrianex por día-. Disculpe, pero Ud. es psicólogo??? por no decir...VIDENTE?!!!

M.C.:
Y... más o menos. Practico la logoterapia, una psicoterapia creada por Viktor Frankl. Trabajamos con las personas teniendo en cuenta su completitud, como individuos físico-psico-sociales.

Y dejando fluir su costado narcisista me explicó: ves ese cuadro? bueno ese es un premio que gané por la Fundación Viktor Frankeiln en Viena. Él fue un psiquiatra que estuvo preso en campos de concentración nazi y dentro de esa experiencia observaba cómo el ser humano buscaba encontrarle sentido a la vida.

Yo:
Y... jodido, no? Digo, encontrarle sentido a la vida en medio de un campo de concentración nazi... (Ahí, el Doc ya había capturado mi atención totalmente. Llegué a casa y lo primero que hice fue googlear a Frankl y leer todo lo que se me aparecía en pantalla acerca de la logoterapia).

Pero M.C. no perdía el hilo del todo y arremetía de nuevo incrustando su mirada en la mía sin parpadear:
Entonces...cómo estás de autoestima?

Yo:
(Risitas nerviosas). Yyyy...je, jeje, je... (Dale Sole, decí algo, estás quedando como una boluda- pensé-). Bueno, y...de autoestima vengo para atrás. -"Este HDP, es vidente!!! Y dale meter el dedo en la llaga y dale... cuándo será el momento en que agarra el puto estetoscopio y me haga abrir la boca y hacer "aaaaaa""-. Al desnudo, descubierta y casi llorando le dije: pero ahora estoy mejor, eh? Es cuestión de encontrarle lo positivo a todo.

MC:
No, a todo no. Por que todo no es positivo. Hay que saber diferenciar lo bueno de lo malo, lo malo no tiene nada de positivo, hay que evitarlo.

Yo:
Bueno, si...yo me refería a superar la adversidad y quedarse con lo bueno de esa experiencia de auto-superación.

MC:
Bueno, eso podría ser. Pero eso sería más bien la doctrina del sufrimiento: tratar de encontrar lo bueno en lo malo y aprender a sentirse bien con eso.

Yo:
Mierda!!! Nunca lo había pensado así.

Al fin llegó ese bendito y esperado momento en el cual el Doc agarra el puto estetoscopio y hace lo suyo dejando de escarbar en mi psiquis. La logoterapia me tomó por sorpresa. El Doc resultó ser un capo que me mandó a hacer varios análisis de rutina. Yo ansío volver en breve, pero esta vez, preparada para una charla profunda e introspectiva y con una lista de preguntas acerca de la logoterapia y sus experiencias con Viktor Frankl.



*V. Frankl era un neurólogo y psiquiatra austriaco que en su juventud se carteaba con Freud quien le publicó varios de sus artículos. Luego de su experiencia en los campos de concentración nazi y de haber creado la Logoterapia basada en la "voluntad de sentido" siguió su vida destacándose profesionalmente, al mismo tiempo demostró ser un gran escalador y piloto de avión, consiguiendo su registro a los 67 años de edad.